La violencia de la mujer hacia el hombre

 



En la actualidad nos hemos acostumbrado a relacionar la violencia con la violencia de género, pero... ¿Es realmente así?   La respuesta es sencilla, NO.  Nos hemos acostumbrado a relacionar la violencia que sufren las mujeres y que es provocada por los hombres.  Tanto es así, que la ley 26485 que trata sobre la violencia de género habla exclusivamente sobre la violencia ejercida sobre la mujer y no contempla en todo su cuerpo la sufrida por el hombre.

¿Será entonces que el hombre no sufre ningún tipo de violencia por parte de la mujer?  Obviamente la respuesta vuelve a ser sencilla y vuelve a ser NO.  El hombre es tan vulnerable como la mujer en estos aspectos, incluso la mirada machista que sostiene nuestra sociedad suele invisibilizar este tipo de maltratos, y muchas veces hacerlos aún más violentos desde lo institucional.

Esta nota no pretende justificar la violencia contra la mujer ya que desde nuestra asociación desaprobamos cualquier tipo de violencia y discriminación sobre las personas, simplemente pretende dar visibilidad a una situación que padece una gran cantidad de hombres de la que ni siquiera hay una estadística oficial que nos permita conocer cuantos son, pero de acuerdo a lo consultado con diferentes asociaciones sabemos que son muchos, y si bien la violencia física, psicológica existen siendo las menos denunciadas, la peor de las violencias llega al momento en que la pareja se separa y este es el verdadero problema porque esta violencia suele tener "víctimas colaterales" que son ni más ni menos que los hijos.

Las historias son similares, la pareja se separa y la violencia llega de dos formas, con denuncias falsas de violencia por parte de la mujer y con la negación de ver a los hijos llevando a que todo deba resolverse en juicios eternos donde aparecen la violencia Institucional, Legislativa y Judicial, ya que cuando el hombre es acusado de haber cometido un acto de violencia sobre una mujer se le priva de su presunción de inocencia y en lugar de ser la parte acusadora la que debe debe demostrar el delito, es la parte acusada la que debe demostrar la falta de este.  Haciendo que todo sea engorroso, difícil y sobre todo violento.  Un hombre que tiene que compadecer ante una oficina de violencia debe enfrentarse a las miradas cargadas de juicio del personal femenino que lo atiende, incluso su tono de voz y formas de dirigirse cambian cuando aparece la denuncia.

Así, con denuncias falsas y tomando de rehenes a los hijos se lastima a muchas personas, sobre todo a los menores que quedan en medio de las idas y vueltas, pero ese tema lo trataremos en otra nota.  Estas situaciones generan profundas cicatrices en el hombre afectado que tardan mucho tiempo en sanar, si es que alguna vez lo hacen de forma completa.  Dejar de tener contacto con un hijo o hija duele y mucho, me atrevería a decir que es uno de los actos de violencia más tremendos que se pueden cometer.  Muchos de estos hombres sucumben ante la depresión que orada su voluntad, que perfora sus mentes y consume su energía psíquica puesto que la pérdida se revive día a día y este no es un hecho menor por las consecuencias son muy impactantes ya que el número de hombres que se suicida en estas situaciones es nueve veces mayor al de las mujeres, muchas veces producto de la ruptura del vinculo padre hijo/a muchas veces subestimado.

Es tal el efecto que este tipo de violencia tiene sobre padres e hijos/as que se a acuñado el término de Padrectomía.  Según NELSON ZICAVO MARTÍNEZ; Psicólogo, Master en Psicología Clínica, en su tesis EL ROL DE LA PATERNIDAD Y LA PADRECTOMIA POST-DIVORCIO la Padrectomía es alejamiento forzado del padre, cese y extirpación del rol paterno y la pérdida parcial o total de sus derechos ante los hijos. El cual se expresa a nivel sociocultural, legal, familiar y maternal.

De la definición anterior debemos comprender que lo más importante de la padrectomía es el hecho de que esa desvinculación es forzada y premeditada por la mujer, en algunos casos como método de castigo o revancha contra el padre/hombre, en otros con un fin netamente material se usa el dolor que esto provoca para obtener más beneficios a la hora de "negociar" los alimentos que el padre deberá proveer.

Sea cual sea el motivo, la violencia de la mujer sobre el hombre existe y debe visibilizarse tanto como la que ejerce el hombre sobre la mujer.  De hecho ambos colectivos, el masculino y el femenino deberían unirse para exigirle tanto a la sociedad como a la justicia el cese de la violencia sin importar el género que la exprese.

Nos gustaría recordar que el objetivo de Diversidad y Violencia es acompañar a la víctima, darle voz y concientizar a las personas desde la palabra, la ley y los convenios existentes ante diferentes entidades

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